miércoles, 13 de agosto de 2014

África

África,
felina inventada,
ojos de cuerda,
orejas de cuna.

África,
sirena nocturna,
minina sagrada,
cabeza de luna.

¿Desde qué remotas tierras
has llegado hasta aquí?
¿Por qué has venido a este mundo
que no sabe quererte?

¿Te irás alguna vez? ¿Volverás a tu origen?
No te vayas, princesa, no me dejes nunca.
Y si debes partir,
¡lleváme con vos! ¡A no importa dónde!

África,
leona viajera,
indiscutida reina de los tejados celestes,
orbitas en la noche como una musa salada.
Sombra del tiempo, suspiro de estrella,
tu ronroneo solitario se convierte en orquesta.

África,
gata azulada,
intrépido ser de sencillos placeres.
Hundir mi mano en tu tibia espesura,
es como acariciar un susurro de liebre.

África,
reinás sobre los astros,
sin saberlo, los gobiernas.
Con tus garras inofensivas de leona
te aferrás a las frazadas como abrazándolas,
y yo,
te contemplo estupefacta,
emocionada de tan simple belleza.
Mis lágrimas serenas te circundan entonces,
se desploman dulcemente en tu pelaje sombrío,
se incrustan en él, lo encienden, lo brillan
como retazos de luz en un cielo vacío.

África,
jazmín del invierno,
silencio de niña.
Tu aliento es el vals
de estrellas y ninfas.

Gata constelada, 
rabito de azúcar.
Todo lo diriges desde tu trono de espuma,
acurrucada en mis pies.

Me basta con tocarte,
con sentir la calidez de tu cuerpo tranquilo.
Y es como un consuelo…

Estás conmigo, África.
No tengo miedo.
No estoy sola.
Me elegiste y yo te elijo.
Y soy feliz con tu simpleza.
Quisiera quedarme siempre
a tu lado, durmiendo.

África, gata infinita.
Lleváme con vos, al fondo de tu tierra.
A aquél paraíso azul de pájaros, lirios y flores.
De aroma a mariposas, a cítricos, a azahares,
donde todo es un juego de música y colores.

África,
maga indiscutible.
Privilegiada vos,
que prescindís del lenguaje
para decir esas cosas.
Te basta una mirada, un simple sonido.

África,
surges de la noche,
como un espectro, como un espíritu.

Estréchame tu pata, ¡llévame lejos!
Invítame a viajar por todos los astros,
a la vuelta del sol, más allá de las estrellas.

No me dejes, no me olvides nunca
No te arrepientas de haberme encontrado.
No sufras jamás, ¡jamás te caigas!

Viajáme, África que
esta noche es nuestra.

África,
No te detengas, seguí adelante
No dejes que te lleven a donde no querés ir.

Princesa indiscutible,
arcángel sin tiempo, ni historia.
¿Cómo describirte?
¿Usando qué palabras?

África,
felina viajera.
Hacés de la noche mi refugio lejano,
y es tan hermoso saberte.

Te veo danzar entre hierbas y palomas,
entre duraznos y ciruelas.
Sos la dueña incomprendida del anteúltimo jardín.
La luna se vuelve agua con tu maullido de muñeca.
Y me hace temblar de emoción tu suave sigilo.
Te pienso largas horas, pequeño ángel sin cielo.

África,
peluchita tierna.
No es posible que te quiera tanto.
Me has vuelto niña con tus ojos de cebolla.

Haz hecho desde la terraza un paisaje ideal.
¿A qué has venido, África?, ¿qué es lo que buscas?
Gata absoluta, gata eterna.
Te busco, te extraño…

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